Desde hace algunos años, en la Ciudad de México comenzó a funcionar un programa que muchas familias ya conocen, pero que vale la pena explicar con calma, especialmente para quienes se enfrentan por primera vez a este proceso.
Nos referimos al programa social “Mi Beca para Empezar”, un apoyo económico pensado para estudiantes de educación básica que estudian en escuelas públicas o en Centros de Atención Múltiple (CAM), en cualquiera de sus niveles: primaria, secundaria o modalidad laboral.
Este programa nació en septiembre de 2019 y desde entonces ha tenido intención de frenar uno de los problemas más preocupantes que enfrentan las escuelas públicas, la deserción escolar. Muchas veces, los motivos que llevan a una niña o niño a dejar de estudiar no tienen que ver con su deseo de aprender, sino con las condiciones que lo rodean.
A veces la familia no puede cubrir los gastos de transporte, materiales o alimentación, y eso va desgastando poco a poco el camino escolar hasta volverlo cuesta arriba. La beca busca justo eso, aliviar parte de esa carga y permitir que las familias puedan enfocarse en apoyar emocional y académicamente a sus hijos, sin estar tan presionadas por lo económico.
El funcionamiento es muy sencillo, aunque puede parecer abrumador al principio si nunca se ha hecho. El registro al programa se realiza completamente en línea, a través de la plataforma oficial: https://registro.mibecaparaempezar.cdmx.gob.mx. Desde ahí, los tutores es decir, los adultos responsables de los estudiantes pueden crear su perfil y asociar a los beneficiarios, es decir, a los menores que desean inscribir.
El papel del tutor es muy importante dentro de este proceso. No basta con que el niño o niña esté inscrito en una escuela pública; es necesario que un adulto se haga responsable del trámite, que cuente con su cuenta Llave CDMX activa, y que mantenga actualizados sus datos personales. Esta figura es la que da seguimiento a todo el proceso, desde el registro inicial, hasta la confirmación de los depósitos y cualquier ajuste o corrección que pueda surgir.
La plataforma digital no solo permite hacer el alta, también ofrece la posibilidad de consultar el estado del trámite. Por ejemplo, si ya se envió la solicitud pero aún no se ha aprobado, se puede revisar en qué etapa va. Si hubo algún error, como una fotografía poco clara o un documento vencido, el sistema lo indicará para que se corrija. Esto ayuda a que el proceso sea más transparente y a que las familias no se queden esperando sin saber qué pasa con su apoyo.
En el caso de estudiantes que ya estaban inscritos en ciclos anteriores, también se puede ingresar para verificar que la información siga siendo correcta. Esto incluye la escuela donde está inscrito el menor, los medios de contacto del tutor y cualquier otro dato que pueda haber cambiado con el tiempo. Mantener actualizada esta información es clave para que el apoyo no se detenga y llegue puntualmente mes con mes.
Por supuesto, hay situaciones que requieren atención más personalizada. Para estos casos, el Gobierno de la Ciudad de México ha habilitado una segunda plataforma llamada Citas CDMX, donde los tutores pueden agendar una visita presencial. A través de esta vía se pueden resolver trámites como cambio de tutor, entrega de tarjeta física, corrección de datos, actualización del registro o aclaraciones que no se puedan resolver en línea. Esta opción resulta muy útil cuando hay dudas específicas o cuando el proceso digital presenta algún inconveniente.
Cada mes, las familias reciben un depósito que sirve como un complemento para los gastos relacionados con la escuela. Aunque no se trata de una cantidad que cubra todo, sí hace la diferencia. Muchas madres y padres lo destinan a útiles escolares, otros lo usan para el pasaje, algunos más para comida o actividades escolares especiales. En cualquiera de estos casos, lo importante es que ese recurso llega de forma directa y sin intermediarios.
El apoyo económico de “Mi Beca para Empezar” depende del nivel educativo del estudiante. Durante el ciclo escolar 2024-2025, los montos se distribuyen de la siguiente manera: para quienes cursan el nivel preescolar, el apoyo mensual es de $600 pesos; para primaria y secundaria, el monto es de $650 pesos mensuales. Además del depósito regular, el programa contempla un apoyo adicional anual destinado específicamente para útiles y uniformes escolares.
Este apoyo se entrega generalmente al inicio del ciclo escolar y representa una ayuda significativa en uno de los momentos más demandantes para el bolsillo familiar. En este sentido, las familias con hijos en preescolar reciben un depósito único de $970 pesos, mientras que quienes tienen hijos en primaria obtienen $1,100 pesos.
Una de las grandes ventajas de este programa es que no impide que los beneficiarios formen parte de otros apoyos sociales. Esto significa que, si la familia ya recibe algún otro tipo de asistencia por parte del gobierno, no hay problema en participar también en este. Lo que se busca es sumar esfuerzos, no limitarlos. Esta flexibilidad ha permitido que muchas familias puedan organizar mejor sus finanzas y distribuir los recursos de una manera más efectiva.
También es relevante saber que, si el estudiante cumple con la edad para ser considerado mayor de edad y sigue estudiando en una escuela pública de nivel básico o en un CAM, puede hacer su trámite por sí mismo. En este caso, la cuenta Llave CDMX debe estar a su nombre, y él o ella será responsable de seguir el proceso desde el principio. Esto resulta muy útil para jóvenes que ya manejan bien la tecnología y que pueden hacerse cargo de sus propios trámites.
Pero más allá del trámite o del monto del apoyo, hay algo mucho más valioso detrás de este programa. Y es el mensaje que transmite que el estudio vale la pena, la escuela es importante, y hay una comunidad desde el gobierno hasta los propios tutores que está dispuesta a hacer todo lo posible para que nuestros hijos permanezcan en las aulas. No se trata solo de un depósito mensual, sino de una apuesta por el futuro.
Cuando un niño recibe su tarjeta y sabe que ese recurso está destinado para sus estudios, siente que su esfuerzo tiene un valor. Cuando una madre o un padre ve reflejado en esa ayuda parte de su lucha diaria, siente que no está solo. Es ahí donde este programa se convierte en algo más que una política pública; se vuelve parte de la vida cotidiana, una herramienta real que acompaña y que apoya de verdad.
Si bien la tarea de estudiar le corresponde a las niñas y niños, la responsabilidad de crear las condiciones para que puedan hacerlo es compartida.Por eso, si estás considerando inscribir a tu hijo o hija en este programa, o si ya formas parte de él pero necesitas actualizar datos o resolver alguna situación, date el tiempo de revisar la plataforma.